21 de febrero de 2010

¿Acaso ya es demasiado tarde?

—Ayer, cuando te toqué, estabas tan... vacilante, tan cautelosa. Y todo sigue

igual. Necesito saber por qué. ¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizá te he hecho
demasiado daño? ¿Es porque has cambiado, como yo te pedí que hicieras? Eso sería...
bastante justo. No protestaré contra tu decisión. Así que no intentes no herir mis
sentimientos, por favor; sólo dime ahora si todavía puedes quererme o no, después
de todo lo que te he hecho. ¿Puedes? —murmuró.
—¿Qué clase de pregunta idiota es ésa?
—Limítate a contestarla, por favor.
Le miré con aspecto enigmático durante un rato.
—Lo que siento por ti no cambiará nunca. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso!
—Es todo lo que necesitaba escuchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario