12 de mayo de 2010

Segundo trailer de Eclipse

2 de abril de 2010

Trailer de Eclipse

Bella, país neutral.

Yo lo creo. Pero quiero que sepas una cosa, cuando se trata de esta tontería de los enemigos, yo estoy fuera. Soy un país neutral. Soy Suiza. Me niego a participar en las disputas territoriales entre criaturas míticas. Jacob es la familia. Tu eres bueno..., no eres exactamente el amor de mi vida, porque espero amarte por mucho mas tiempo. El amor de mi existencia. No me importa quién es el hombre lobo y que es el vampiro. Si Angela se convierte en una bruja, ella puede unirse a la fiesta también.

1 de abril de 2010

Edward y Jacob en Eclipse

-Ya sabes, Jacob, si no fuera por el hecho de que somos enemigos naturales y que pretendes robarme la razón de mi existencia, en realidad creo que me caerías muy bien.
-Quizá...si no fueras un asqueroso vampiro que planea quitarle la vida a la chica que amo...Bueno, no, ni siquiera entonces.

30 de marzo de 2010

Cásate conmigo...

-Casate conmigo primero- ...-le mire a la espera- Vale, ¿Cúal es el chiste? -Hieres mi ego, Bella.Te pido que te cases conmigo y tu piensas que es un chiste. Edward, por favor se serio. Hablo completamente en serio. ¡Oh vamos! Solo tengo 18. Bueno, estoy a punto de cumplir los 110. Va siendo hora de que siente cabeza..."

El corazón de Edward

¿Podía acaso un corazón congelado y muerto volver a latir? Sentía como si el mío lo estuviera.

29 de marzo de 2010

Sin sentido

Nunca ha tenido sentido que me quisieras, siempre lo he sabido.

Un gran sueño

Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces cualquiera de tus expectativas no es razonable lamentarse de su conclusión.

18 de marzo de 2010

Edward, el sueño de Bella

Resultaba dificil concebir que existiera alguien tan guapo, temia que desapareciera en medio de una repentina nube de humo y que yo me despertara…

16 de marzo de 2010

Lees el pensamiento?

- No te vayas

- ¿Has estado siguiendome?
- Me siento muy protector contigo
- Así que me has seguido
- Intentaba mantener las distancias a menos que necesitaras mi ayuda y entonces he oído lo que pensaban esos desgraciados
- Espera ¿Dices que has oído lo que pensaban? ¿Como?¿Lees el pensamiento?
- Puedo leer todas las mentes de este local, menos la tuya. Hay dinero,sexo,dinero,sexo,gato.. y en cuanto a tí, nada. Es muy frustrante.
- ¿Soy un bicho raro?
- Lo ves, yo oigo voces en la cabeza y es a tí a quien le preocupa ser un bicho raro.
- ¿Que ocurre?
- Ya no tengo fuerzas, ni voluntad para manternerme alejado de tí.
- No te alejes ....

11 de marzo de 2010

Tú me amas

—Tú me amas —dije maravillada. La sensación de convicción y certeza me invadió de nuevo.

Aunque la ansiedad continuó presente en sus ojos, la sonrisa torcida que más me gustaba se extendió por su rostro.
—Con todo mi ser.

La tua cantante...

La tua cantante.... ellos tienen un nombre para alguien que huele del modo que Bella huele para mi. La llaman "Mi cantante" por que su sangre canta para mi..

10 de marzo de 2010

Un sentimiento desconcertante

Y en ese momento...pronunciaste mi nombre en sueños.
Lo dijiste con tal claridad que crei que te habias despertado, pero te diste vuelta, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste.
Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo. Y supe que no te podía ignorar por más tiempo.

4 de marzo de 2010

Cuidate, por favor.

"¿Harías algo por mí este fin de semana? No te ofendas, pero pareces ser una de esas personas que atraen los accidentes como un imán. Así que... intenta no caerte al océano, dejar que te atropellen ni nada por el estilo... ¿De acuerdo?"

Edward decide no separarse de Bella

Sí, ya dejé de intentar ser bueno. Ahora voy a hacer lo que quiero, y que pase lo que tenga que pasar.

Un sueño

Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.

3 de marzo de 2010

Rosalie

¿Te gustaría escuchar mi historia, Bella? No tiene un final feliz -pero ¿cuál de los nuestros lo tiene? Si tuviésemos finales felices, ahora todos nosotros estaríamos bajo lápidas...

28 de febrero de 2010

Bienvenida a casa


En cuanto apagué el motor, él ya estaba abriendo la puerta de mi lado. Me sacó en volandas de la cabina con un brazo mientras que con el otro cogía mi bolsa del asiento trasero y se la colgaba del hombro. Sus labios se encontraron con los míos al mismo tiempo que le oía cerrar la puerta de la camioneta con el pie.
Sin dejar de besarme, me levantó en el aire para acomodarme mejor entre sus brazos y me llevó hasta la casa como si fuera un bebé.
¿Acaso estaba abierta la puerta? No lo sabía. El caso es que habíamos entrado y yo me sentía mareada. Me recordé a mí misma que debía respirar. El beso no me asustó. No era como otras veces, cuando sentía el temor y el pánico agazapados por debajo de su estricto control. Ahora no sentí sus labios nerviosos, sino
ardientes. Edward parecía tan emocionado como yo ante la perspectiva de una noche entera para concentrarnos en estar juntos. Siguió besándome durante un buen rato, de pie en la entrada. Parecía menos atrincherado de lo habitual, y su gélida boca mostraba una apremiante necesidad de la mía.
Empecé a albergar un cauteloso optimismo. Tal vez conseguir mis propósitos no iba a resultar tan difícil como me había esperado.
No, me dije, sin duda será bien difícil, y aún más.
Con una leve risita, Edward me apartó un poco y me sostuvo en el aire a casi un
metro de su cuerpo.
—Bienvenida a casa —me dijo, con un brillo cálido en los ojos.
—Eso suena bien —le respondí sin aliento.

26 de febrero de 2010

Bella no está libre

-Lamento que se haya producido algún tipo de malentendido, pero Bella no está disponible esta noche -el tono de su voz cambió, y la amenaza de repente se hizo más evidente mientras seguía hablando-. Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo.

23 de febrero de 2010

¿De qué forma puedo explicarte esto para que me creas?

¿De qué forma puedo explicarte esto para que me creas? No estás dormida, ¡ni muerta! Estoy aquí y te quiero. Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en tí, viendo tu rostro en mi mente.

22 de febrero de 2010

Feliz cumpleaños

Entonces llegamos a donde estaba Edward, que me tendió la mano. La tomé con ganas, olvidando por un momento mi pesadumbre. Su piel era suave, dura y helada, como siempre. Le dio a mis dedos un apretón cariñoso. Me sumergí en sus líquidos ojos de topacio y mi corazón sufrió otro apretón aunque bastante menos dulce.
Él sonrió al escuchar el tartamudeo de los latidos de mi corazón. Levantó la mano libre y recorrió el contorno de mis labios con el gélido extremo de uno de sus dedos mientras hablaba.
—Así que, tal y como me impusiste en su momento, no me permites que te felicite por tu cumpleaños, ¿correcto?
—Sí, correcto —nunca conseguiría imitar, ni siquiera de lejos, su perfecta y formal facilidad de expresión. Eso era algo que solamente podía adquirirse en un siglo pretérito.
—Sólo me estaba asegurando —se pasó la mano por su despeinado cabello de color bronce—. Podrías haber cambiado de idea. La mayoría de la gente disfruta con cosas como los cumpleaños y los regalos.

21 de febrero de 2010

El beso del perdón

En ese momento, su boca estuvo sobre la mía y no pude evitarle. No sólo porque era miles de veces más fuerte que yo, sino porque mi voluntad quedó reducida a polvo en cuanto se encontraron nuestros labios. Este beso no fue tan cuidadoso como los otros que yo recordaba, lo cual me venía la mar de bien. Si luego
iba a tener que pagar un precio por él, lo menos que podía hacer era sacarle todo el jugo posible.
Así que le devolví el beso con el corazón latiéndome a un ritmo irregular, desbocado, mientras mi respiración se transformaba en un jadeo frenético y mis manos se movían avariciosas por su rostro. Noté su cuerpo de mármol contra cada
curva del mío y me sentí muy contenta de que no me hubiera escuchado, porque no había pena en el mundo que justificara que me perdiera esto. Sus manos memorizaron mi cara, tal como lo estaban haciendo las mías y durante los segundos escasos que sus labios estuvieron libres, murmuró mi nombre.

¿Acaso ya es demasiado tarde?

—Ayer, cuando te toqué, estabas tan... vacilante, tan cautelosa. Y todo sigue

igual. Necesito saber por qué. ¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizá te he hecho
demasiado daño? ¿Es porque has cambiado, como yo te pedí que hicieras? Eso sería...
bastante justo. No protestaré contra tu decisión. Así que no intentes no herir mis
sentimientos, por favor; sólo dime ahora si todavía puedes quererme o no, después
de todo lo que te he hecho. ¿Puedes? —murmuró.
—¿Qué clase de pregunta idiota es ésa?
—Limítate a contestarla, por favor.
Le miré con aspecto enigmático durante un rato.
—Lo que siento por ti no cambiará nunca. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso!
—Es todo lo que necesitaba escuchar.

20 de febrero de 2010

Y de ese modo el león se enamoró de la oveja...

Nuestras miradas se encontraron otra vez. Los ojos de Edward eran sorprendentemente tiernos.

—Y por todo eso —prosiguió—, hubiera preferido delatarnos en aquel primer momento que herirte aquí, ahora, sin testigos ni nada que me detenga.

Era lo bastante humana como para tener preguntar:

— ¿Por qué?

—Isabella —pronunció mi nombre completo con cuidado al tiempo que me despeinaba el pelo con la mano libre; un estremecimiento recorrió mi cuerpo ante ese roce fortuito—. No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno —fijó su mirada en el suelo, nuevamente avergonzado—. La idea de verte inmóvil, pálida, helada... No volver a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en los ojos cuando sospechas mis intenciones... Sería insoportable —clavó sus hermosos y torturados ojos en los míos—. Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca.

La cabeza empezó a darme vueltas ante el rápido giro que había dado nuestra conversación. Desde el alegre tema de mi inminente muerte de repente nos estábamos declarando. Aguardó, y supe que sus ojos no se apartaban de mí a pesar de fijar los míos en nuestras manos. Al final, dije:

—Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti —hice una mueca—. Soy idiota.

—Eres idiota —aceptó con una risa.

Nuestras miradas se encontraron y también me reí. Nos reímos juntos de lo absurdo y estúpido de la situación.

—Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... —murmuró. Desvié la vista para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra.

— ¡Qué oveja tan estúpida! —musité.

— ¡Qué león tan morboso y masoquista!

Su mirada se perdió en el bosque y me pregunté dónde estarían ahora sus pensamientos.

19 de febrero de 2010

Siempre me pillas desprevenido

Edward movió la cabeza lentamente y luego miró al techo antes de que nuestras miradas volvieran a encontrarse.


—Te lo dije, no te ves a ti misma con ninguna claridad. No te pareces a nadie que haya conocido. Me fascinas.

Le dirigí una mirada de furia, segura de que hablaba en broma. Edward sonrió al descifrar mi expresión.

—Al tener las ventajas que tengo —murmuró mientras se tocaba la frente con discreción—, disfruto de una superior comprensión de la naturaleza humana. Las personas son predecibles, pero tú nunca haces lo que espero. Siempre me pillas desprevenido.

Cuando te fuiste...

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos habia estrellas, puntos de luz, motivaciones...Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteroro. De pronto, se encendio todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desaparecio por el horizonte, todo se volvio negro. No habia cambiado nada,pero mis ojos habian quedado cegados por la luz. Ya no podia ver las estrellas. Y nada tenía sentido.

El tiempo pasa...

El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mí.

18 de febrero de 2010

Cuida de mi corazón...

''Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos. Cuida de mi corazón, lo he dejado contigo''

Como pudiste creerme...

-"Pero ¿cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba, ¿cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí?"

17 de febrero de 2010

Cásate conmigo...

Casate conmigo primero-

-...-le mire a la espera-Vale, ¿Cúal es el chiste?
-Hieres mi ego, Bella.Te pido que te cases conmigo y tu piensas que es un chiste.
-Edward, por favor se serio
-Hablo completamente en serio
-Oh vamos!! solo tengo 18 años.
-Bueno, estoy a punto de cumplir los 110 Va siendo hora de que siente cabeza..

Te quiero.

- Bienvenida otra vez -musitó, tomándome en brazos- Has dormido profundamente, no me he perdido nada -sus ojos centellearon- empezaste a hablar en sueños muy pronto.
- ¿Qué oíste? -Los ojos dorados se suavizaron.
- Dijiste que me querías.
- Eso ya lo sabías -le recordé, hundí mi cabeza sobre su hombro.
- Da lo mismo, es agradable oírlo.
Oculté la cara contra su hombro.
- Te quiero -susurré.
- Ahora tú eres mi vida -se limitó a contestar.

16 de febrero de 2010

Si pudiera soñar, sería contigo, y no me avergonzaría de ello.

- ¿alguna otra cosa? - exigí saber.
- pronunciaste mi nombre.
-¿mucho?
- exactamente... ¿cuántas veces entiendes por «mucho»?
- oh, no...
Baje la cabeza , pero él la atrajo contra su pecho con suave naturalidad.
- no te acomplejes - me susurró al oído-
... si pudiera soñar, sería contigo, y no me avergonzaría de ello.

Soy tu prisionero...

—Mañana va a ser más duro —prosiguió—. He tenido tu aroma en la cabeza todo el día y me he insensibilizado de forma increíble. Si me alejo de ti por cualquier lapso de tiempo, tendré que comenzar de nuevo. Aunque no desde cero, creo.

—Entonces, no te vayas —le respondí, incapaz de esconder mí anhelo.

—Eso me satisface —replicó mientras su rostro se relajaba al esbozar una sonrisa amable—. Saca los grilletes... Soy tu prisionero.

13 de febrero de 2010

Incondicional e irrevocablemente enamorada de él.

Había tres cosas de las que estaba absolutamente segura.
La primera: Edward era un vampiro.
La segunda: Una parte de él, y no sabía lo potente que podía ser esa parte, tenía sed de mi sangre.
Y la tercera: Estaba incondicional e irrevocablemente enamorada de él.

11 de febrero de 2010

Siendo la persona que estuviese matándote, alguien a quien amaras, no tendrías más opción que seguir



HABIA TENIDO MÁS QUE MI CUOTA CORRESPONDIENTE DE EXPERIENCIAS cercanas a la muerte. No era algo a lo que realmente te acostumbras. Parecía curiosamente inevitable, sin embargo, enfrentar la muerte otra vez. Como si realmente estuviera marcada para el desastre. Había escapado repetidas veces, pero esta seguía volviendo a mí. No obstante, esta vez era tan diferente a las demás. Puedes correr de alguien que temes, puedes tratar de luchar contra alguien que odias. Todas mis reacciones habían sido dirigidas hacia aquel tipo de asesinos – los monstruos, los enemigos. Siendo la persona que estuviese matándote, alguien a quien amaras, no tendrías más opción que seguir. ¿Cómo podrías correr, cómo podrías luchar, cuando al hacerlo lastimarías a tu amado? Si tu vida fuera todo lo que tuvieras que darle a tu amado, ¿cómo podrías negársela? ¿Si fuera alguien a quien realmente amaras?

9 de febrero de 2010

¿Sueñas con convertirte en un monstruo?



— ¿Sueñas con convertirte en un monstruo?

—No exactamente —repliqué. Fruncí el ceño ante la palabra que había escogido. En verdad, era eso, un monstruo—. Más bien sueño con poder estar contigo para siempre. Su expresión se alteró, más suave y triste a causa del sutil dolor que impregnaba mi voz.

—Bella —sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios—. Yo voy a estar contigo..., ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa.

—Basta por ahora. Torció el gesto ante mi tenacidad. Esta noche ninguno de los dos parecía darse por vencido. Espiró con tal fuerza que casi pareció un gruñido. Le acaricié el rostro y le dije: —Mira, te quiero más que a nada en el mundo. ¿No te basta eso?

—Sí, es suficiente —contestó, sonriendo—. Suficiente para siempre. Y se inclinó para presionar una vez más sus labios fríos contra mi garganta.

Amanecer

"La infancia no es del nacimiento a una cierta edad ni a una cierta edad. El niño esta creciendo, y pone aparte las cosas de la niñez. La infancia es el reino donde nadie muere "

6 de febrero de 2010

Pon un Edward en tu vida...


Los placeres violentos terminan en la violencia, y tienen en su triunfo su propia muerte, del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz.

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado los motivos en los últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado.
Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos oscuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido.
Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Eso debería contar algo.
Sabía que no afrontaría la muerte ahora de no haber ido a Forks, pero, aterrada como estaba, no me arrepentía de esta decisión. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.
El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.